Nuestra Doctrina
Lo Que Creemos
- En la inspiración y preservación completa de la Biblia: tanto del Antiguo Testamento como del Nuevo Testamento. Usamos la version Reina Valera 1960 en español y en su version en ingles “King James Version 1611”
- En un solo y eterno Dios que existe en Tres Personas; Dios Padre, Dios Hijo, y Dios Espíritu Santo.
- En la Diedad de Cristo: su nacimiento Virginal; Su sangre redentora;Su Resurrección corporal de la tumba y Su ascenso glorioso al Cielo, y que un día regresará Jesucristo por Su Iglesia.
- Que el ministerio de la iglesia local es de ganar las almas perdidas para Cristo y edificarlas en la Fe y Santidad.
- En la diedad y el ministerio presente del Espíritu Santo. El convence al pecador, regenera al que cree; mora, sella, instruye, reprende y quía al creyente. El llena y controla cada vida que esta totalmente rendida a El.
- Que el hombre tiene la naturaleza pecaminosa, destituido de la Gloria de Dios, totalmente perdido y con la necesidad de la convicción y regeneración (nuevo nacimiento) a través del ministerio del Espíritu Santo.
- Que la Salvación es un regalo de Dios, ofrecido por Su Gracia y que se recibe por la fe personal en el Señor Jesucristo, mas nada.
- En la resurrección corporal de los creyentes (para Vida) y del incrédulo (para Juicio) y eterna condenación. Creemos en el Cielo literalmente con calles de oro y en un infierno literalmente con fuego y azufre.
Predicar la Palabra de Dios
Nuestra Mision
Nuestra misión es predicar la Palabra de Dios, y alcazar con el evangelio a toda criatura como establece la Palabra de Dios; de una manera local a través de la evangelización puerta a puerta, y al resto del mundo
apoyando la obra misionera.
Nuestra misión es preparar a los creyentes para la obra, instruyéndoles en la sana doctrina y proporcionandoles herramientas espirituales y prácticas para su crecimiento; y de esta manera tener una congregación de individuos y familias saludables, que gocen de las abundantes bendiciones de Dios.
Nuestra misión es preparar a los creyentes para la obra, instruyéndoles en la sana doctrina y proporcionandoles herramientas espirituales y prácticas para su crecimiento; y de esta manera tener una congregación de individuos y familias saludables, que gocen de las abundantes bendiciones de Dios.